La catarata es una opacidad del cristalino (o cristalino), que afecta a todos los animales. El cristalino se encuentra dentro del ojo , detrás de la pupila, y permite a los animales enfocar un objeto visto en la retina.
Su transparencia es fundamental para garantizar una buena visión , pero durante la vida puede sufrir modificaciones como consecuencia del envejecimiento fisiológico (esclerosis nuclear, caracterizada por el endurecimiento y aumento de la densidad del núcleo central del cristalino) o de procesos patológicos, representados precisamente a partir de la catarata.
Esta condición puede presentar diferentes grados de maduración: inmaduro (ligera modificación de la transparencia), maduro (modificación completa de la transparencia, apareciendo el cristalino blanco), sobremaduro (el cristalino, ahora completamente opaco, presenta áreas de transparencia debido a fenómenos colicuativos).
Las cataratas también pueden ser un factor predisponente para la aparición de una inflamación intraocular , denominada uveítis inducida por el cristalino, que puede provocar un aumento de la presión intraocular y favorecer la aparición de glaucoma con la consiguiente pérdida de visión.
¿Cuáles son las causas de las cataratas?
La alteración de la transparencia del cristalino puede atribuirse a múltiples causas: hereditarias , congénitas, metabólicas (como en el caso de la diabetes), traumáticas, inflamatorias, tóxicas y seniles.
Terapia de cataratas
En todos los casos el único remedio posible es la cirugía , que consiste en la extracción del cristalino y su sustitución, en lo posible, por una lente artificial.
Sin embargo, antes de decidir si se procede o no con la cirugía, el animal afectado de cataratas debe ser evaluado minuciosamente desde el punto de vista clínico por un veterinario .
Los pacientes con cataratas hipermaduras, uveítis aguda o aumento de la presión intraocular no se consideran pacientes ideales para la cirugía.
La mejor técnica para realizar la cirugía de cataratas es la facoemulsificación.
El animal, por regla general, no es hospitalizado, pero durante el primer mes que sigue a la operación debe someterse a diversos controles oftalmológicos.
La tasa de éxito de la cirugía de catarata es directamente proporcional a los métodos de selección de pacientes , el grado de maduración de la catarata, la precisión de los procedimientos quirúrgicos, así como la correcta ejecución de las terapias posquirúrgicas.
Los riesgos de complicaciones se estiman en alrededor del 5% y están representados por uveítis severa, hipertensión/glaucoma, desprendimiento de retina y pérdida visual.
Sin embargo, hay que reiterar que la cirugía sigue siendo el único tratamiento encaminado a recuperar una adecuada capacidad visual (agudeza), que en todo caso será mejor, aparte de las complicaciones, que en el curso de la catarata.